lunes, 29 de noviembre de 2010

It ain't me babe, it ain't me you're looking for...

¿y lo difícil que es decirle a alguien que no le quieres? ¿y lo difícil que es que te digan que no te quieren?

La última entrada que escribí, la escribí, como dije, después de haber visto una película basada en la vida de Johnny Cash.

Pues bien, la entrada de hoy sigue teniendo algo que ver con la película, aunque no se trata precisamente de una canción de Johnny Cash la que voy a dejar por aquí. El caso es que desde que vi la película en cuestión no he podido sacarme la canción de la cabeza. Y es que en Walk the Line, hay una escena en la que los protagonistas interpretan una versión de una canción que pude reconocer despúes de escuchar tan sólo las primeras notas debido (una vez más) a que mi padre, cuando yo era pequeña, solía ponerla en el coche, en casa o simplemente solía cantarla de vez en cuando.

Se trata de una canción de un músico al que en muchas ocasiones, aparte de músico, la gente suele considerarlo un poeta. Incluso he escuchado en alguna que otra ocasión, decir de él que no tiene una buena voz como contante pero que nadie compone, ni escribe como él. La canción es bastante conocida, y la verdad es que me atrevería a decir, que, de entre todas las canciones de Bob Dylan, ésta es una de mis preferidas. Dylan compuso esta canción en 1964 y a lo largo de los años ha sido versionada por numerosos cantantes aparte de Johnny Cash.

Para terminar y como curiosidad, añado que existe una versión cantada por Bob Dylan a dúo con Janis Joplin, muy buena por cierto, aunque estaba claro que yo, fan incondicional de Janis, no iba a decir lo contrario.

domingo, 21 de noviembre de 2010

The Man in Black

Ayer vi una película que me encantó. Se trata de una película basada en la vida de un músico. Un músico que era conocido por vestir siempre de negro, lo que le valió el apodo de the man in black. Un músico que empezaba sus conciertos con una sencilla frase: Hello, I'm Johnny Cash. La verdad es que tengo que decirlo, nunca he sido muy fan de su música, pero antes de ver la película ya había escuchado algunas de sus canciones ya que a veces alguna que otra sonaba de fondo en mi casa cuando era pequeña.

La película vale la pena, la recomiendo, sobre todo a los amantes de Cash y de su música. Además, Joaquin Phoenix hace un trabajo digno de admirar.

Como he dicho, nunca he sido fan de Johnny Cash, sin embargo, hoy esta entrada se la dedico porque desde ayer no he podido parar de escuchar la canción que da título a la película, "Walk the Line". Desde luego, de ahora en adelante creo que tengo un nuevo músico al que descubrir. Más vale tarde que nunca ¿no?

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Desde luego, estos chicos saben lo que hacen

No hace mucho que conocí la música de estos chicos, pero ya puedo afirmar que estoy totalmente enganchada a cada uno de los discos que componen su discografía. Americanos, concretamente de Ohio, The Black Keys tienen un sonido auténtico, una guitarra y una batería, no les hace falta nada más.

Hace unos días tuve la oportunidad de ir a uno de sus conciertos aquí en Londres y, tengo que decirlo porque si no, reviento: un directo increíble, desde el primer segundo hasta el último. No hay más que ver como se desenvuelven en el escenario, estos chicos saben lo que hacen. Hoy voy a dejar una de sus canciones, pero recomiendo encarecidamente escuchar toda la discografía a todo aquel que se quede con ganas de más después de escuchar esto, tal y como me pasó a mí.

domingo, 14 de noviembre de 2010

"Maybe..."

"I swallow down all of my fears,
with a bottle made of silver
i've only been here for 27 years
but already my life is over"

Hoy me apetece dejar una canción de una cantante a la que podría escuchar durante horas. ¡Qué digo horas! Durante semanas o incluso meses, sin cansarme. Por desgracia, vivió poco. Sin embargo, su legado musical fue increíble y tras su temprana muerte (27 años) dejó a todo el mundo preguntándose ¿qué habría pasado en el mundo de la música si esta mujer hubiera vivido más años? Habría sido increíble. Simplemente increíble. Pero como se suele decir, lo bueno dura poco.

Como otros muchos cantantes, esta mujer entró en mi vida gracias a mi padre. Él me la presentó. Y a menudo me contaba cómo practicamente siempre cantaba ebria o drogada, "una auténtica pena" me decía. Pero aún así, con cada vídeo que mi padre me enseñaba, con cada directo suyo que escuchaba, yo observaba atónita, cómo aquella mujer interpetaba sus canciones como nadie lo hacía. Esa fuerza, esa voz desgarrada tan característica, cómo parecía que vivía cada palabra de las letras de sus canciones. Mi padre me contó que tuvo un affair con Leonard Cohen, del que se dice, que se enamoró de ella. Fruto de ese affair nació una canción que Cohen dedicó a Janis, Chelsea Hotel #2 ("I remember you well in the Chelsea Hotel, you were famous, your heart was a legend...").

Probablemente, otro día volveré a dedicar una entrada a esta mujer porque la verdad es que son muchas las canciones que considero auténticas obras de arte. La que voy a dejar hoy, es una que he estado escuchando mucho últimamente y con un poco de suerte "maybe" les suena :)

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Extraña fruta que cuelga de los árboles...


Hoy voy a dejar una canción de una mujer a la que más o menos ya he dedicado algunas palabras en este blog. La primera entrada que escribí, la escribí escuchando una de sus canciones y por eso decidí poner una canción suya en dicha entrada. Y luego, en la última entrada que escribí, a pesar de estar dedicada a Madeleine Peyroux, creo que nombré más a Billie que a la protagonista de la entrada...

Esta canción que dejo hoy, es un clásico, no sólo por la calidad musical sino por lo que esta canción y, sobre todo la letra, significa, si tenemos en cuenta el momento de la historia en el que Billie la cantó. La canción data del año 1939 y fue una de las obras de arte que predicó con más fuerza la lucha en contra de los linchamientos contra los negros en los estados del sur de EE.UU. Además, el título de la canción se convirtió en uno de los lemas del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos.

Billie Holiday cantó esta canción en el Café Society de Nueva York, un club al que acudían sobre todo liberales e intelectuales de izquierdas y uno de los primeros clubes en los que, a pesar de ser visitado mayoritariamente por blancos, se atendía por igual a blancos y a negros. Al parecer, Billie al principio dudó sobre si cantar o no la canción. Sin embargo, finalmente la cantó para cerrar su actuación aquel día. Tras su interpretación, el público quedó en silencio y tras unos segundos, comenzaron a oirse tímidos aplausos. Hasta aquel momento las interpretaciones que se habían hecho del poema escrito por Aber Meeropol (originalmente titulado Bitter Fruit) habían sido cantos de batalla pero cuando Billie interpretó la canción en el Café Society, convirtió la canción en un discurso con una fuerza impresionante, un discurso cantado, un llanto sin lágrimas, pues Billie, durante la interpretación de Strange Fruit parece, literalmente, "llorar con la voz".